Infidelidad: ¿cómo se llega a ser una esposa infiel?

Esposas infieles

Esposas infieles

El amor dura tres años. Después, muchos eligen entre la emoción de una pasión embriagadora con un amante y la sosa vida matrimonial en la que se encuentran.

¿Hay que tener un amante sólo para una noche, o un amante regular?

En la vida matrimonial, los inicios felices, con el tiempo, se convierten en no deseados en lo referente al sexo. Caricias y abrazos suelen espaciarse en el tiempo. La magia surge cada vez menos. La rutina se instala rápidamente y el aburrimiento a veces empuja a la tentación de la infidelidad. Se sueña con una relación llena de pasión en la que de nuevo surja la emoción de los primeros momentos.

Tener un amante o vivir con la pareja

Para algunas mujeres engañar a su esposo es una moda juguetona e inofensiva. Para otras, es un dilema, casi una tortura, porque corren el riesgo de romper el equilibrio de su vida de casadas.

Otras, se convierten en esposas infieles siendo amantes de un hombre casado. Para ello, utilizan la experiencia que les ha aportado su matrimonio.

Las que han tenido un amante dicen que la disociación operativa era importante, incluso vital para ellas. En casa asumen el papel de madre, esposa o novia. Después, están en brazos de su amante.

Un juego sensual y sutil que les produce placer y dolor al mismo tiempo. El placer, por el entusiasmo que nace del encuentro sexual donde disfrutan de los placeres del sexo con su amante sin tener que mantener una relación permanente.

Dolor, por el secreto que deben ocultar evitando cualquier gesto o palabra sospechosa. Sus paranoias casi rayan en la doble personalidad.

Permanecen preocupadas constantemente, pero alimentan la fantasía de poder llegar a estar en algún momento con el amante de su vida.

La esposa infiel se siente abrumada por sentimientos que le agobian (celos, ansiedad, interrogatorio) y se encuentra dividida entre los dos contextos contradictorios de su vida.

Las esposas infieles buscan darle vida a su vida sexual

¿Se debe tener un amante o varios?

En la primera fórmula, los amantes son prisioneros atrapados por un deseo común.

La segunda, representa a una mujer atada a un cónyuge que prefiere no tener un amante regular.

¿Dónde se encuentra con su amante la esposa infiel?

Se encuentran por casualidad o en Internet… Lo que sea. El deseo de tener un amante añade sabor a la vida.

Tener un amante puede provocar sentimientos fuertes. Implica florecer en el amor carnal.

Muchas de las mujeres infieles que buscan un amante discreto usan sitios específicos para encontrarle. El más conocido es sin dudas Victoria Milan.

¿Después de tener un amante quieres recuperar a tu marido?

Tener un amante puede parecer idílico al principio, pero puede convertirse en una pesadilla: sentimiento de culpa, remordimientos…

Para salvar la relación matrimonial, algunas piensan en terapia de pareja o consultar un consejero matrimonial. Esto requiere que los dos trabajen en su relación.

Infidelidad: ¿cómo entender a las amas de casa infieles?

Amas de casa infieles

Amas de casa infieles

¿Por qué una mujer engaña a su cónyuge? ¿Qué le animó a ello? ¿El problema es su pareja, ella, su evolución…?

El adulterio se experimenta como algo doloroso. Un tabú que no nos atrevemos a entender. La inteligencia y el amor ayudan al entendimiento de estas mujeres infieles.

Los escenarios son iguales

Hay mujeres que nunca han dejado de ver a otros hombres desde el principio de su matrimonio. Las historias de las adúlteras femeninas suelen ser parecidas.

Muchas mujeres dirigen su vida familiar con gusto, tienen muchos amigos, disfrutan de una exitosa carrera profesional y les va bastante bien con sus maridos… Pero, un suceso inesperado viene a trastornar este equilibrio.

El duelo, el fracaso, la enfermedad, el descubrimiento de que su pareja tiene un amante. O, por el contrario, una gran alegría, un nacimiento, una reunión, una promoción… Un evento en el que la mujer necesita sentirse apoyada, rodeada, amada. Sin embargo, se da cuenta de que su cónyuge no está ahí en ese momento. Que no hay nadie que la apoye. Aunque son pareja, está sola.

Entonces, conoce a un hombre que parece entenderla. Es diferente a su marido. Le hace reír, le dice elogios y siente recuperar ese pequeño fuego que ya perdió con su esposo. Su soledad y tristeza desaparecen. Algo está sucediendo. Se siente mejor.

Estos casos de adulterio implican diferentes causas.

Están las hay que engañan a sus maridos porque él las ha engañado, las que quieren redescubrir la emoción de la adolescencia…

Pero, detrás de estas causas hay dos posibles problemas: una mujer engaña a su marido porque radica en ella el problema o quiere cambiar de pareja.

Esta mujer tiene un problema

Si un hombre descubre que su pareja le ha engañado, tal vez sea porque ella tiene un problema. De hecho, ella no se sale de lo normal ni es alocada, pero probablemente tenga en su interior una profunda herida.

Esta lesión puede venir de la infancia. La mayoría de las mujeres que engañan a sus maridos tienen la impresión de estar solas, abandonadas. Es un sentimiento que nace de un drama que tuvieron que vivir solas en su infancia: una enfermedad secreta, la muerte de un familiar cercano… Algunas crecieron en una familia donde la comunicación era difícil, se sentían incomprendidas y pensaban que no podían confiar en nadie.

Por último, algunas mujeres han sufrido al ver a su madre descuidada o humillada por un hombre. Otras, han desarrollado un sentimiento de soledad al sentirse decepcionadas por los hombres de su vida amorosa.

Todos estos problemas se reflejan en la vida amorosa de las mujeres. A pesar de estar en pareja, se sienten solas. Cuando la mujer madura, el primer sentimiento de culpa deja rápidamente espacio para el siguiente sentimiento: «No tengo que dar cuentas a nadie. Yo no pertenezco a alguien».

Se sienten incomprendidas y desempeñan un papel con el fin de ser aceptadas.

Para ellas, el adulterio es tomar el placer sin tener que justificárselo a alguien.

Sí, el problema es de la pareja

Casadas infieles

Casadas infieles

A diferencia de los hombres que buscan otras mujeres porque necesitan la novedad, las mujeres que engañan a sus maridos sienten que algo debe cambiar en su relación. Es para ellas una manera de desafiar su vida cotidiana.

En este caso, el adulterio nace de una frustración, una necesidad.

Sexo y necesidad

Una pareja está junta desde hace algunos años. Se aman pero hacer el amor ya no es una prioridad para ellos.

La mujer busca un amante para redescubrir su cuerpo femenino, la sensación de volver a sentirse deseada. Los cuarenta años es el momento más común del adulterio. Ella necesita dar un «impulso a su vida» y, a veces, esto implica buscar la satisfacción sexual fuera de la pareja.

Amor y necesidad

El adulterio puede nacer de las cenizas de un amor conyugal donde tan sólo queda ya una «pequeña llama». En este caso, la mujer buscará en otra parte el afecto que necesita para sentirse querida. Puede ser el último recurso antes de la depresión.

Necesidad de respirar

Una mujer que vive un amor simbiótico puede acabar ahogándose. En este caso, tener una aventura (aunque sea temporal) puede ser la manera de tener un secreto y dedicarle tiempo. Tiene la necesidad de llenar su soledad. Todo está bien en apariencia, pero no se siente comprendida ni escuchada. Lo tiene todo para ser feliz pero no lo es.

En muchos casos de adulterio, una vez que la emoción cae, las mujeres dan un paso atrás y piensan en la manera de seguir adelante. Aprenden a qué atenerse en su relación: o siguen amando, a pesar de todo, a su cónyuge, o, por el contrario, su amor ha muerto. El «después» del adulterio es siempre el momento de la verdad.

Infidelidad: cinco cosas que las esposas infieles quieren en la cama

Un sitio de citas extramaritales revela los cinco deseos de las mujeres infieles bajo el edredón.

Sigurd Vedal, CEO y fundador de infieles, un sitio de citas para amantes, dice que las mujeres infieles intentan conseguir lo que les gusta en la cama.

El sitio reveló las cinco cosas que las mujeres buscan en la cama con sus amantes. Van en el siguiente orden:

  • Sexo oral (29%).
  • Preliminares más largos (25%).
  • Nuevas experiencias para salir de su rutina (22%).
  • Un pene más grande (15%).
  • Utilizar juguetes sexuales (9%).

En su libro “El amor para siempre”, el terapeuta sexual dice que, contrariamente al pensamiento común, la infidelidad no es una prerrogativa masculina, ya que «las mujeres necesitan momentos eróticos tanto como los hombres. Ya no reprimen sus deseos. No dudan en buscar en otra parte lo que no pueden encontrar en su cama de matrimonio.

Diez cosas que las esposas infieles hacen en la cama con su amante

Un famoso sitio de citas extra conyugales puso en marcha un importante estudio sobre las prácticas sexuales de las mujeres infieles.

El estudio comparó las prácticas sexuales de las adúlteras con su amante y el resultado fue impactante.

Las mujeres que engañan a sus maridos dan rienda suelta a sus deseos en la cama.

La rutina y los hábitos tienden a ahogar poco a poco la vida sexual de las parejas casadas. Se necesita una verdadera intención de la pareja para tratar de escapar de la monotonía en la intimidad conyugal siendo creativos e innovadores.

La novedad, asumir riesgos y la naturaleza no oficial de la relación, puede dar alas al deseo sexual femenino. Puede ser mucho más eficaz que la seguridad emocional y material de un cónyuge reconfortante y satisfactorio.

Aquí están las diez prácticas que la mujer utiliza con su amante mucho más que con su marido:

  • Hacer el amor con los ojos vendados.
  • Hacer el amor fuera de la cama utilizando todo tipo de disfraces para dar vida a juegos traviesos.
  • Enviar un SMS sexy para que aparezca el deseo.
  • Utilizar juguetes antes / después / durante el sexo.
  • Elevar la temperatura mediante el uso de las palabras atrevidas durante el acto.
  • Hacer el amor con luz asumiendo sus formas y defectos.
  • Usar todas las posiciones tomando la iniciativa.

Decirle a su amante lo qué quiere que le haga.

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