¿Acostarse en la primera cita?
Nos aconsejan esperar, generalmente, hasta la tercera cita.
Me pregunto, te preguntas. ¿Qué se gana con esta espera? ¿Es verdaderamente necesaria? ¿Qué objetivos perseguimos?
La espera no es más que una necesidad
Con la llegada del feminismo de los años 1970, la mujer ganó nuevos derechos (aborto, contracepciones), que le permitían disponer de su cuerpo. La sexualidad, años atrás, estaba más ligada a la procreación y pretendía llevar al hombre al matrimonio, para que así se quedara cerca de su mujer (que le era completamente dependiente). En nuestros días, raras son las personas (en occidente), que entran en la sexualidad después del matrimonio.
Esperar para descubrir el cuerpo del otro se separó de la unidad familiar. Hablamos de liberación sexual.
Si las películas románticas todavía asocian el acto con una prueba de amor (y un deseo de compromiso), sabemos que no es así en la realidad. El coito mismo puede existir, sin promesas, sin amor, sirviendo sólo para el placer del cuerpo.
La espera disminuyó drásticamente perdiendo su sentido, sin embargo, mientras que la libertad de disponer de nuestro cuerpo se entiende, el acostarse a la tercera cita no gusta a las chicas, ¿por qué?
¿Cuáles son las pautas actuales de la espera?
Cuando se interroga a hombres y mujeres sobre cómo se han sentido después de la relación de una tarde, la respuesta es diferente. Los hombres están más bien satisfechos, mientras que un número importante de mujeres parece no estar a gusto.
La mujer ganó libertad sobre la manera de disponer de su cuerpo, pero esta libertad está todavía sometida a construcciones sociales.
La dicotomía «puta o princesa», persiste. Entregarse al placer del cuerpo, sin sentimientos, sin compromiso, no está bien admitido por nuestra sociedad.
Por supuesto, somos libres para hacer lo que queramos bajo la mirada de la sociedad, bajo la mirada de los hombres, bajo la mirada de algunas mujeres que no son tan condescendientes con respecto a esto.
Puede que suceda que después del impulso de una tarde, tengamos el sentimiento vago de haber hecho algo inmoral.
Esta dicotomía puede, en parte, explicar la espera de las mujeres. Desean ser bien juzgadas por la persona con la que se acuesten.
Sexo en la primera cita, ¿una prueba de liberación sexual?
Finalmente, acostarse la primera tarde, podría ser una manera de reivindicar tu derecho a utilizar tu cuerpo como te parezca, como un acto de reivindicación de la liberación sexual.
Comprobamos que las mujeres no desean utilizar la sexualidad como estandarte de los derechos de propiedad sobre sus cuerpos, y una relación sexual no es forzosamente lo que más les atrae. Conceden importancia al nacimiento de los futuros sentimientos.
Es decir, tener sexo está bien, gustar es mejor.
Son numerosas las mujeres que demuestran poco interés en una relación únicamente carnal. La ternura, el afecto, la complicidad y a veces el compromiso, nos parecen mucho más atractivos.
Se cree que el afecto masculino aumentará con la espera y disminuirá después del primer coito (una historia de hormonas que el hombre desarrollaría durante el período de deseo).
Dado que queremos mucho más que un coito, esperar es asegurar el afecto del otro.
Esperar es una técnica para enganchar al chico y formar una pareja.
Hacer el amor en la primera cita: la primera noche en cuestión
Existen, a mi juicio, tres tipos de sexualidad:
- Sexo bestial: la mecánica sexual y común facilitando el placer de los sentidos.
- Hacer el amor: la transmisión de sentimientos por el coito (ternura, pasión).
- Juego sexual: la complicidad que pretende experimentar nuevas prácticas y divertirse con ellas.
Una sexualidad divertida
Nos encontramos con el cuerpo del otro. Se trata de estar bien, de hacerlo bien.
La presión masculina esta primera noche es muy importante.
El hombre debe ser cariñoso, respetuoso.
Le vienen a la cabeza numerosas técnicas de las que se enteró, por las pornos que vio, para satisfacernos.
Cuanto antes pasemos este momento, más rápido nos encontraremos fuera de la picota social.
Hablar de sexualidad no es una mala cosa aunque la sociedad hable mal de ello. Nos encierra en normas para pensar en mucho más que en acariciamos durante una relación sexual.
Probablemente sea un fracaso de la liberación sexual.
¿Cómo tener relaciones sexuales en la primera cita?
Encontrar otro cuerpo, un cuerpo desnudo, es una verdadera aventura.
Llamaremos a esto: «Hacer el amor».
Por los gestos, las miradas, las caricias, nos abandonamos a la vulnerabilidad. Desvestimos nuestros sentimientos para ofrecerlos de manera distinta a la del lenguaje. Son palabras mudas que acompañan besos. Son emociones que pasan de piel en piel.
Poca importancia tiene la naturaleza de estos sentimientos: pasión, ternura, complicidad, amistad.
La cuestión de la propia realización (o de la del otro), está formada por las ganas de guiarlo hacia un placer sincero. Se trata de una intimidad verdadera, de una sinceridad en los gestos.
Les pedimos a los hombres iniciar esta ternura sexual y desprenderse de lo social para entregarse a nuestro cuerpo. Es decir, hacernos el amor, como un paso sincero de encontrar nuestro cuerpo.
No hay ninguna razón para que este gesto pertenezca a los hombres, para que sean ellos los que den el primer paso.
La guerra de los géneros persiste y se acentúa en la sexualidad. (¿Quién posee el otro? ¿Quién toma al hombre?). Yo pediría a cada uno de los compañeros que mutuamente se abandonen el uno al otro.
La espera, hoy puede de nuevo tomar sentido
Para enganchar a un hombre, la sexualidad no tiene que ser un arma, aunque sirva el sentimiento. Tomarte tu tiempo permite dejar despacio a los diálogos, desatarte de lo social y aceptar dar y recibir del otro, con sinceridad.
Un buen momento es cuando se sobrepasan las ganas de sexo hacia el deseo de hacer el amor con el otro cuerpo, con esa persona que está con nosotros.
(A veces con una tarde basta, a veces se necesitan más, Posiblemente, tres citas sean un buen cálculo)
Aunque nuestro compañero esté en el momento del acto, o en la toma de las imposiciones sociales, no pasa nada. Podemos acompañarle, con ternura y benevolencia.
Acostarse con un hombre la primera tarde: ¿idea buena o mala?
Los dos puntos de vista se contradicen siempre
De una parte, están las mujeres para las cuales esto no plantea ningún problema (bajo ciertas condiciones), y del otro, las que ven allí una depreciación de la mujer.
El hecho es que no haces daño cualquiera de los grupos a los que pertenezcas, y que no vas en contra de ninguna ley queriendo acostarte con el hombre que te gusta.
También, puedes esperar para descubriros mutuamente y construir una verdadera relación de confianza. Cada uno que obedezca a su punto de vista.
Acostarse con un hombre desde la primera tarde no tiene nada dramático si tú lo deseas.
Si la atracción es mutua, los dos sois adultos y consentidores, ¿dónde está el problema?
Mientras seas honrado y consciente de las implicaciones que pueden tener tus actos, no me queda más que desearte ¡buen viaje!
Tengo bastantes amigas que se acostaron con su chico desde el principio y luego se instalaron en una relación sana, estable y larga. También tengo algunas amigas para las cuales no ha funcionado. No hay certeza porque si no sería demasiado simple.
La alquimia sexual es algo muy complejo y a menudo está influido por el contexto en el cual te encuentras.
La suma de los sentimientos y de las emociones creadas por el hecho de estar con un hombre en un concierto de rock, no tiene que ver nada que ver con la creada estando con el mismo hombre en un bar o restaurante.
Cada una de estas situaciones tiene su dinámica e influyen en el modo en el que nos comportamos delante de la gente con la que nos encontramos.
Así, el contexto influirá forzosamente sobre tu decisión de dejarle acompañarte (o no) hasta tu cuarto. Pero lo que debes saber es que es imposible poner reglas para ayudarte a decidir si sí o no vas a acostarte con un hombre la primera tarde. Existen, sin embargo, algunas líneas para ayudarte a concretar:
Como hacer el amor en la primera cita: fue sólo sexo y no compromete a nada
El que hayáis pasado un buen rato, no quiere decir que quedéis atados el uno al otro para el resto de los días.
Deberás ser lo bastante adulta para suponer que valía la pena y que no ha sido un «error».
Sé, también, lo bastante madura para reconocer que el tiempo que esto duró, te sirvió para obtener todo lo que quisiste.
Acostarse con un hombre: la primera cita no debe ser la última
La razón por la cual nos gustan las citas con hombres la definiremos como agradable, divertida, romántica y, sobre todo, permite aprender a conocerse. El sexo desde la primera cita tiende a poner en cortocircuito la lógica de la cual debería salir una relación.
En efecto, cometemos a veces el error de creer que después de un tiempo juntos, ya no son necesarias nuevas citas. Que es necesario romper todo contacto con la otra persona para comprometernos en una verdadera relación. Qué error. Debes continuar manteniendo las citas con el fin de continuar descubriéndoos mutuamente.
Acostarse con un hombre: quítate todo sentimiento de culpabilidad
La peor de las cosas que podrías hacer después de haberte acostado con un hombre en la primera cita, sería sentirte culpable basándote en lo que podrían pensar tus amigos, sus amigos, la sociedad, tu madre o tu vendedor de ultramarinos.
¿La opinión de ellos es verdaderamente importante para ti? Lo pensaste e hiciste lo que considerabas conveniente. Imposible criticártelo.
No me queda nada más que desearte que pases una buena tarde (y posiblemente una buena noche), si tienes una cita esta tarde.